Lo primero que le llamó la atención a Philipp Schwingeler fue la ligereza de la Rotex y, por tanto, lo bien que se maneja. Percibió que se trata de una máquina de funcionamiento muy silencioso, con lo cual su guiado resulta más que agradable. El artista encontró particularmente impresionante el cambio de lijadora de plato a lijadora Delta: una conversión muy fácil y, sobre todo, muy rápida. Precisamente esta función ha ayudado al artista a llegar a lugares del objeto a los que no se podría llegar con la lijadora de plato normal.
En conjunto, Philipp Schwingeler quedó muy satisfecho con la Rotex y experimentó buenas sensaciones en general.