
El paraíso de los fabricantes
Una visita al Maker Space TMDC de Barcelona.
En el TMDC Maker Space de Barcelona, creadores apasionados hacen realidad sus proyectos soñados o ayudan a otros miembros. Hemos hablado con Pedro Pineda, uno de los fundadores de TMDC, acerca de la autorrealización y del atractivo del Maker Space.
¿Cómo surgió la idea del TMDC?
Como suele ocurrir, fue una mezcla de varias cosas. Yo estudié diseño, y en la universidad teníamos unos talleres fantásticos. Cuando salí de la universidad, quería crear mis propios proyectos, pero no tenía ningún taller para llevarlos a cabo. Por aquella época me mudé a Berlín y empecé a trabajar con otras personas en la ciudad, siempre en torno al diseño y con resultados físicos. En 2010, el Designfestival de Berlín (DMY Berlin) nos preguntó si queríamos mostrar nuestro trabajo en el festival, y contestamos que preferíamos aprovechar la oportunidad para montar un taller temporal, donde tanto participantes como visitantes pudieran fabricar algo.
Esto unió a la comunidad y fue el primer prototipo de lo que consideramos que era una buena idea. Un taller comunitario abierto. Así que Betahaus Berlin puso a nuestra disposición un espacio en el que fundamos Open Design City. Un taller abierto gestionado por la comunidad en el que todo el mundo podía venir y hacer lo que quisiera. Un espacio maravilloso, lleno de personas y proyectos maravillosos. Pero había un problema: resultaba difícil llevar a cabo proyectos profesionales. Porque uno nunca sabía cómo serían las cosas cuando llegaba allí. Esto me llevó a la idea de combinar el concepto del taller abierto con el del «coworking» (Betahaus Berlin fue uno de los primeros espacios de «coworking» en Europa). Cuando volví a Barcelona y fundé el Betahaus Barcelona con mis socios, pensé que quería crear un «coworking» para fabricantes.


¿Cuál es el atractivo de un Maker Space?
Los Maker Spaces tienen el aliciente de que dan acceso a máquinas de las que uno no dispone, y también el de la comunidad que se crea a su alrededor.

¿Quiénes son vuestros clientes?
Tenemos ebanistas, diseñadores, arquitectos, ingenieros, gente que trabaja con metal, pintores industriales, sopladores de vidrio, especialistas en hormigón, empresas que tienen aquí su laboratorio de innovación, artistas, etc. Pero también vienen estudiantes y aficionados.
¿Cómo se seleccionan a los candidatos?
Yo diría que más bien son ellos los que nos eligen a nosotros. Nuestros usuarios son personas que necesitan un taller y nos encuentran gracias a recomendaciones, redes sociales o buscando en Google. Sin embargo, también intentamos enriquecer la comunidad creando un grupo de personas diverso. Creemos que esto contribuye a tejer una red más sólida y resistente.

¿Hay también profesionales, por ejemplo carpinteros sin taller, o son aficionados?
Sí, son nuestros principales clientes. Este es un nuevo concepto, pero también va dirigido a gente que ya lleva tiempo en el sector. Muchos carpinteros veteranos nos han dicho que habrían empezado aquí si esto hubiera existido cuando eran jóvenes. Nuestro personal especializado se dedica a una mezcla de distintas profesiones. Algunos son jóvenes carpinteros que prefieren crear su propia empresa en lugar de trabajar en la carpintería de un tercero. Observamos que muchas personas quieren trabajar con maderas duras, pero la mayoría de grandes carpinterías hacen solo tableros de MDF y aglomerado. A los jóvenes no les entusiasma, pero también tenemos a personas de edad más avanzada que quieren flexibilidad sin tener un taller completamente equipado, con todo el esfuerzo que conlleva. Y también están los que tienen una idea para un producto que quieren fabricar y probar antes de abandonar su puesto de trabajo.

«Los Maker Spaces tienen el aliciente de que dan acceso a máquinas de las que uno no dispone, y también el de la comunidad que se crea a su alrededor».
Pedro Pineda, cofundador de TMDC Barcelona
¿Cuáles son los retos actuales? ¿Notáis la falta de materias primas?
Nuestro mayor reto actualmente es garantizar nuestra continuidad aquí. El lugar en el que nos encontramos es objeto de un plan de desarrollo urbano, lo que podría implicar que los almacenes sean derribados. Lo sabíamos desde el principio, pero decidimos correr el riesgo, ya que solo así podíamos iniciar este proyecto. Pero ahora, cuando vemos lo que hemos construido y cuánta gente trabaja aquí, pensamos que merece la pena mantener el emplazamiento. Estamos buscando alternativas para modificar el plan urbanístico. La falta de materias primas, o mejor dicho, el aumento de los precios de las materias primas, sin duda es un reto. No tanto por la disponibilidad, porque los fabricantes aquí utilizan cantidades menores (en comparación con la industria), sino porque es difícil subirles los precios a los clientes, lo que significa que los fabricantes ganan menos. ¡Y se trata de personas que ya de por sí tienen un margen de beneficio muy bajo!
¿Qué papel desempeña la sostenibilidad en este espacio? ¿Se nota a la hora de elegir los materiales y en las demandas de los clientes? La palabra clave es «upcycling».
Aquí contemplamos el tema de la sostenibilidad de muchas formas distintas. Nuestro logro más importante es que, gracias al uso compartido de los recursos, somos mucho más sostenibles que si cada usuario tuviera su propio taller (uso más eficiente de los recursos, menor consumo de energía). En cuanto a las máquinas, su uso compartido hace que sea más necesario que sean buenas y duraderas. Por eso trabajamos con empresas como Festool. Porque sabemos que estas máquinas duran mucho, aunque las usen muchas personas. En el ámbito del «upcycling», el dicho «la basura de unos es el tesoro de otros» se aplica a la perfección. Construimos dos estanterías para almacenar piezas sobrantes, ¡y siempre están vacías! Porque, lo que para uno es una pieza que sobra, para otro es la pieza perfecta.

¿Qué papel desempeñan las herramientas sin cables en comparación con las herramientas con cables?
¡Las herramientas eléctricas sin cables son un sueño! Ahora solo necesitamos que el aspirador también funcione sin cable (o que el polvo se disuelva una vez pase por la herramienta). Trabajar con menos cables y cosas que conectar es algo muy práctico y facilita la tarea. Máquinas como los taladros son los claros ganadores, ya que la potencia que tienen hoy en día es excepcional y sin tener que conectarlos a nada. También otras máquinas, como la amoladora angular, pero también es una gran ventaja para las nuevas opciones porque hay menos cosas que entorpecen el trabajo.

¿Cómo repercute la calidad de las herramientas en los proyectos?
Realmente, eso es algo que solo se aprende con la experiencia. Mi primera experiencia a este respecto fue con el atornillado en un proyecto grande. Cuando solo hay que apretar un par de tornillos, no hay problema. La diferencia no se nota tanto. Pero cuando hay que apretar 1000 tornillos y te ahorras 10 segundos con cada uno, te estás ahorrando casi 3 horas de trabajo. Es muy útil. A medida que vas adquiriendo experiencia, aprecias lo práctico que resulta tener máquinas que trabajan como es debido. Una mayor precisión no solo ahorra tiempo, sino también estrés. Y en tercer lugar, a medida que vas cumpliendo años, también aprendes algo sobre la fiabilidad. Uno aprende lo importante que es contar con el socio adecuado, que siempre está ahí cuando lo necesitas.
¿De qué manera os ayuda el sistema Festool en el día a día? ¿Es importante para vosotros contar con herramientas robustas?
Puesto que trabajamos en un lugar por el que pasan más de 300 personas al año, la robustez es la clave. Necesitamos herramientas que resistan muchas horas de trabajo, que puedan utilizar muchas personas distintas y también que soporten el uso de algunas personas que, lamentablemente, no las utilizan bien. ¡¡¡Creemos que es mejor comprar herramientas que duren más, herramientas en las que podamos confiar!!! Pero no es solo una cuestión de robustez. La sonrisa en la cara de muchas personas cuando ven que los productos de Festool se pueden combinar es mágica. ¡Da la sensación de que alguien pensaba en eso mientras las desarrollaba!

¿Existe en Barcelona un estilo determinado en cuanto a muebles?
Yo diría que el espíritu predominante es la variedad. Hay tanta gente de tantos países distintos que tenemos una gran cantidad de estímulos e inspiración. Solamente en el TMDC trabajan personas de Norteamérica, Sudamérica, Centroamérica, África, Oriente Próximo, Europa y hasta Australia. Tenemos gente de orígenes y edades de lo más variados. ¡Aquí puedes ver realmente de todo!

¿Cuál ha sido el proyecto más espectacular hasta ahora?
Para mí, el proyecto más espectacular fueron las dos mesas que el diseñador Tomás Alonso fabricó para Camper. Dos mesas de once metros de largo. Cada uno de los tableros medía once metros y se fabricaron a partir de una sola pieza. Nunca había visto una pieza de madera tan grande y tan bonita. Probablemente, la mayoría de la gente que entre en la tienda no se dará cuenta de que no están encoladas, pero creo que, de alguna manera y de forma inconsciente, se nota que es una mesa especial.